No es momento para la hostilidad

Sin temor a equivocarme puedo decir que hoy, a finales de julio, que es el momento más difícil de los últimos tiempos, estamos en medio de una pandemia. Es cierto que no es lo precisamente como uno lo hubiera imaginado ni como lo muestran en las películas, en donde llega una extraña enfermedad que convierte a los humanos en zombis. Aunque el temor y la necesidad  por mantener la vida es el mismo, la estrategia sigue siendo igual, quedarse en casa para no ser atacado por los muertos vivientes o el virus que acaba con la vida.  

Imagen de GLady en Pixabay
Imagen de GLady en Pixabay 

Al salir de la ficción queda la realidad que afrontamos hoy en día, la vulnerabilidad de nuestros papás y mamás, abuelos en fin ese adulto que amamos, ese amor verdadero. Hay medidas de protección y entusiasmo por volver a ser lo éramos pero seamos sinceros ya no somos lo que fuimos…Y es la contante más importante, a lo mejor sea repetitiva porque esto ya lo había dicho en el post anterior pero vuelvo a la misma conclusión.

Me llena de emoción leer las publicaciones de celebración de cumpleaños en familia y como la creatividad ha logrado unirnos más, incluso a como estimábamos antes del COVID. Pero hay otros post con historias totalmente opuestas, es verdad que hay matrimonios rotos, relaciones fraccionadas, humanos más solos y mascotas más felices. En el fondo no está tan mal esto, los animalitos, las plantas y el sol mismo la pasan mejor por estos días, estamos volviendo a la naturaleza, nuestro verdadero hogar.     

Acabo de pasar por una semana muy difícil porque he estado tan feliz como tan aburrida se pueda estar, he sentido todas las emociones intermedias de esos grandes extremos que hacen volar la imaginación, los pensamientos y los anhelos mucho más lejos de lo normal. Reconozco que estoy muy cómoda en casa y que a pesar de tener días o momentos de tristeza, me siento bien porque no salir me da posibilidad de disfrutarla en su máxima expresión. No es que esté enloqueciendo o en depresión, si no sé si han visto Intensa-mente, pero es ese momento en que Alegría reconoce que Tristeza es tan importante en la vida de Riley porque siempre que ella está abre la puerta a un momento de amor.

A lo que voy es que de la pandemia nos queda ver lo bueno, volver a lo simple y disfrutar de cada persona, momento, cosa o hecho que tenemos actualmente. Además de entender que no todos estamos en el mismo nivel de compresión y a lo mejor yo esté equivocada (todo esto sea un disparate) porque hay otros que no la pasan tan bien. Y no hablo del tema económico, me refiero a esas personas que se atormentan por la actual situación y cargan con momentos tan grises en sus espaldas que están llevando a episodios de violencia e incluso a atentar con sus vidas.

Por eso creo que hay que buscar el amor, solo cuando vibramos en el amor tenemos la fortaleza de seguir adelante, la sabiduría de escoger el camino indicado, la empatía de reconocer lo que le está haciendo falta al otro, la nobleza de dar incluso eso que más añoramos, la tranquilidad de hacer lo correcto y lo más importante sentir paz en tu corazón por el deber cumplido. Yo he tomado la decisión de dejar de hacerme daño a mí misma, dejar de exigirme más de la cuenta, de aceptar lo que soy y lo que tengo, de amarme y amar cada vida o esencia que me acompañan, de soltar y perdonar lo que me ha hecho daño a lo largo de mi vida. Lo he logrado porque cada cosa que hago, cada decisión que tomo, incluso cada alimento que consumo lo hago desde el amor.

Te invito a que lo pienses en un poco, todos podemos dar más y todos necesitamos en algún momento recibir. Cada situación y cada ser es totalmente diferente a otro y por consiguiente tiene características especiales que lo hacen único,  este es el momento de mirar al lado y no para criticar sino para dar eso que solo tú puedes.

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