Quiero ser egoísta
Mi mamá desde que era pequeña me
ha dicho que yo soy muy regalada, porque le hacía favores a mis primas todo el
tiempo y no tenía problema con ello: yo lo disfrutaba. He crecido y la cosa no
es que haya cambiado mucho, sigo siendo muy “amable” para muchos pero igual de
mal visto por otros. La cosa es que como soy adulta el nivel de exigencia
cambia, son cosas que demandan más tiempo y energía, aunque para mí varía según
la persona que lo pida.
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| Imagen de Мария Ткачук en Pixabay |
Así como con los colores uno
tiene sus preferidos, esos a los que siempre acompañas y ayudas desde que
tengas la oportunidad. Hay otros que siempre están para ti y uno por consiguiente
responde, es como si pagara un favor. Hay otros que pagan, de alguna u otra
manera, casi siempre es con dinero, que confieso es una debilidad para mí. Y
hay personas que no tienen mucho valor de apreciación para uno pero llegan en
el momento indicado y terminan beneficiados.
Yo no sé si así es para el resto
del mundo pero para mí sí porque tengo la necesidad de darle un nombre a todo,
clasificar las cosas y a darle, las personas, niveles de valor o significado/importancia
en mi vida, así los trato. Aunque aparentemente sea igual con todos, en mi
cabeza la cosa es muy diferente.
Este fin de semana, por primera
vez sentí lo que mi mamá me ha dicho siempre, porque las cosas no salieron como
yo esperaba. Yo me relaciono con el otro en forma de espejo, trato de dar lo
mismo que recibo, en caso de yo dar primero comienzo con una sonrisa y así mido
la respuesta. Puede sonar muy loco pero lo hago porque me gustan los seres
amables, para aguantar mala cara y malas vibras me encierro con mi familia. El
hecho es que iba a hacer algo por alguien y se lo pedí a otro alguien y ese a
su vez se lo pidió a otro y dijo que NO. Lo acepto: me dolió, aunque parezco
muy normal sigo con veneno en mi cuerpecito después de tres días de haber
pasado. Yo pensé que se me iba a pasar y no, en más entre más pasa el tiempo
más lo pienso, no crece el veneno (que realmente es más drama que otra cosa)
pero si pienso cómo actuar porque además debo asistir a un evento de ellas.
Eso por un lado y por el otro todo
lo que quería pasar por mi mente de momentos no tan positivos en lo que he
tenido que esforzarme de más porque alguien no me quiso ayudar. Y lloré mucho
al descubrir que “soy muy boba” y que ser amable no sirve mucho porque uno es
bien o no, acá no existen términos medio y decidí cortar un poco la sonrisa. Espero
que así gaste menos mi energía vital, porque no disminuirían los compromisos con
extraños y tendría más tiempo para descansar.
Como siempre la culpa siempre es
de uno y eso es lo más duro, por esperar más del otro, por no saber decir no,
por ser tan amable eternamente. Y no lo digo por mal, antes todo lo contrario
porque con dolor o no es mejor saber lo que pasa para saber cómo responder. El
próximo ejercicio es decir no, pero sin mentiras 🙊 aprender a poner el límite y aplica para todos “casi”
por igual; luego trabajaré a que mi púnica prioridad soy yo.



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