Entre nosotras

Imagen de StockSnap en Pixabay 
No sé si definirme como feminista o no pero creo que con decir que soy mujer, que valoro mi ser y que hago con pequeñas acciones lo posible para que este mundo sea un lugar más incluyente e igualitarioes sufuciente. Aunque debo confesar que hay momentos en lo que siento culpa porque mi humanidad siente rechazo hacia otras mujeres y sé que no debería ser así pero lo es…

Esto es algo que he pensado desde siempre y uno de mis mayores defectos, con el que he lidiado desde muy pequeña, es sentir lástima por los demás y no se imaginan lo duro que ha sido poder disminuirlo de forma consiente. Y la vez peleo con otro demonio que me acompaña y es que soy muy “reparona” en el mal sentido, porque soy intensa con los detalles y cuando algo no me cuadra simplemente lo señalo. Y sí son mis realidades pero al pasar los años van pasando o han aprendido a desocupar espacios en mi cabeza para darle apertura a amigos con carácter más positivos.

Pero hay uno que no creo que sea nuevo y solo que hasta ahora lo siento: la culpa. La culpa por sentir “odio” aunque creo que es una palabra muy fuerte pero muy usada en mí día a día por otras mujeres. Y no es envidia porque también lo he pensado, es un sentimiento de malestar al compartir o estar en ciertas situaciones que me he ido dando cuenta que con el pasar los momentos, puedoo decir que odio no es porque según la RAE  además de la apatía hacia el otro hay un deseo porque le pasen cosas malas y realmente hasta allá no llega mi sentimiento.

La cosa es que llevo un rato pensado y analizando lo que pasa tan afuera como adentro de mí y me he dado rejo, literal me he dado muy duro porque con esta onda de mujeres amigas y la sororidad pues digo, no soy digna de hacer parte de todo esto tan bonito que ha pasado. PERO en mayúsculas y todo para que sea claro que hay algo más, la culpa no es mía o por lo menos no toda.

Pensé: una relación, la que sea, es de dos o más y como es de dos ambos deben jalar para el mismo lado o poner de su parte para que esa relación funcione. En ese orden de ideas, si una está dispuesta a entender, apoyar, ayudar, solidarizarse y ver como igual a la otra no actuaria de una mala manera ya que así ella no estaría aportando a la relación.

Aclaración: Entiéndase relación como vínculo entre dos personas de cualquier tipo, o sea relacionar no estoy hablando de amor y parejas porque este no es el tema hoy.

Retomando, así que si una está dispuesta pero la otra no, lo más probable es que no funcionen las cosas o no de una forma amena y tranquila que es lo que realmente uno busca en la vida, estar en paz. Así que dejé de darme látigo y comencé a darme más amor porque entendí que si yo intento ser amable pero a la otra parte no le interesa o es todo lo contrario no va a ver una sana convivencia.

Por eso concluí que el reconocimiento a sí misma primero debe salir de una (yo) para poder proyectar lo que soy en la sociedad pero no me hace menos buena o mujer, sentir rechazo por otra persona u odio pero sin desearle el mal 😉 porque hay personas que no se encuentran en el mismo nivel de relacionamiento que tú y por ellas tu no debes sufrir. 

Incluso es claro que el relacionarnos entre nosotras es más difícil porque hay feeling o no hay nada pero en mi casa me enseñaron que lo cortés no quita lo valiente, así que saludar, pedir el favor y darle el lugar al otro que le corresponde no es más que un acto de buena educación. ¡Más actitud positiva para el mundo, por favor!

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